domingo, 31 de enero de 2016

Comentario "La Historia de las Cosas"

Hola a tod@s!

Os dejo un comentario de Daniel Garrido, un alumno de 1º AF, sobre un documental que hemos visto en clase, La historia de las cosas.

Espero que tengáis la oportunidad de trabajar en clase con este video para reflexionar sobre el consumismo, la sobre-explotación de los recursos y las poblaciones más desfavorecidas.
Trata temas como la incidencia del marketing en nuestro comportamiento y la obsolescencia programada.

Adjunto el trabajo de Daniel. 
Espero que os guste!


 COMENTARIO CRÍTICO DOCUMENTAL LA HISTORIA DE LAS  COSAS





El otro día vimos en clase un deo que trataba sobre los procesos que sufren los productos que consumimos diariamente desde su extraccn, pasando por su elaboración, continuando por su consumo y finalizando por su conversión en residuos. En el deo, además, se alerta sobre las catastróficas consecuencias que provoca y provocará el uso incisivo del actual sistema por el cual se rige nuestra sociedad: el de comprar, tirar y volver a comprar.

En mi opinión, lo visto en este vídeo nos muestra, una vez más, en lo que se ha convertido el mundo y, en especial, nuestra sociedad. Las personas nos hemos empeñado en llevar un estilo de vida totalmente salvaje y descontrolado.

En el vídeo vemos cómo estos procesos están marcados desde el principio por la irresponsabilidad, la codicia y el egoísmo más rancio.

¿Por qué digo esto? Para empezar, la vida de un futuro producto comienza con la extracción de sus materias primas del medio natural. En este primer proceso, observamos ya cómo se cometen irregularidades, pues se maltrata de una manera obscena el medio ambiente, contribuyendo a una más que segura desaparición de éste.

Posteriormente, cuando se trabajan las materias primas extraídas para convertirlas en productos destinados al consumo, observamos también una serie de despropósitos y de injusticias que parecen pasar desapercibidas para los organismos internacionales o para los gobiernos de los distintos países que forman parte de ellos. Es así, porque en esas fábricas de elaboración de productos, situadas en los países menos desarrollados del planeta, (las grandes empresas colocan sus fábricas en este tipo de países sin recursos con el fin de disminuir sus costes y obtener más beneficios), se fomenta el desprecio por el ser humano, la vulneración continuada de sus derechos y la emisión de los primeros gases tóxicos a la atmósfera, que implica más destrucción de la capa de ozono y también un gran número enfermedades a los propios trabajadores (niños que trabajan en las minas de coltán). Lo expuesto anteriormente nos puede dar una idea de lo terrible de la situación, pero lo peor de todo es que el proceso no acaba ahí.


El tercer proceso que sigue en la vida de los productos es el de su puesta en venta para su consumo por nuestra parte, por los consumidores. Este proceso es, quizás, el que más refleja lo ruin y vacía en que se ha convertido nuestra sociedad. Sí, porque en este proceso participamos todos, sin excepcn. Todos compramos de una manera absurda y desproporcionada, incluso sin tener necesidad de ello. Por tanto, gracias a nuestro consumo desproporcionado, estamos alimentando este sistema cíclico de la vida de los productos.

Desde hace varios años se viene experimentando una gran subida del consumo que, a su vez, es incentivada por los gobiernos asesorados por las grandes empresas que son las responsables de los dos procesos anteriormente citados. Las múltiples campañas realizadas por dichos gobiernos han calado profundamente en la sociedad, incitándola a consumir vorazmente y si control. Esto no hace sino fomentar aún más la explotación de  aquellas  personas de  los países tercermundistas  la  contaminación  del  medio natural, porque a más demanda más produccn.

Para evitar que la gente deje de consumir, las grandes empresas se han encargado de lograr que la vida útil de los productos consumidos sea extremadamente corta. Así, se reemplazan los productos con una facilidad pasmosa. Esto se conoce como “obsolescencia  programada”;  es  decir, hacer de  la  vida de los productos  algo tan perecedero, que se consiga crear una necesidad imperante en el consumidor para comprar otros productos para reemplazarlos. También existe otro término denominado “obsolescencia percibida, que se da en los propios consumidores, ya que son ellos mismos, a través de sus inseguridades, de su egoísmo o su orgullo los que consumen de forma indiscriminada para satisfacer sus necesidades.

Por último, llegamos al último proceso que marca la vida del producto, su conversión en residuo. Este es el proceso más contaminante de todos, pues los residuos se destruyen en grandes hornos crematorios que emiten gases letalmente tóxicos a la atmósfera, incrementando aún más la contaminación iniciada en el primer proceso.

Después de hacer un análisis de todos los procesos que conforman la vida de los productos, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que este sistema basado en el consumo exacerbado y la contaminación del medio natural no puede seguir estando


vigente en nuestra sociedad, puesto que nos conducirá en poco tiempo a la desaparición. Por este motivo, poco a poco están saliendo voces en contra del sistema actual y pidiendo que se instale otro, en el cual no se exploten a los trabajadores y no se contribuya a la emisión de gases tóxicos a la atmósfera. Para ello, están apareciendo alternativas como las energías limpias o renovables, el reciclaje de los productos en vez de su destrucción en los hornos crematorios…, con el objetivo de hacer del mundo un lugar más limpio y seguro y también de cambiar la mentalidad consumista de la sociedad por otra en la que sólo se consuma lo que se necesite, sin necesidad de comprar descontroladamente.




Daniel Garrido Arellano

1ºAF


No hay comentarios:

Publicar un comentario